"El amigo del tribunal, que es la traducción que mejor responde al "amicus curiae", se introdujo en nuestro país con énfasis destacado, a partir de la participación que ejercieron diversas entidades no gubernamentales en la revisión judicial de actuaciones que tuvieron las Juntas Militares que constituyeron gobiernos de facto en la década infame. Por aquél entonces (década del 80 y en particular desde 1984), la colaboración fue informativa (casi como testigos no convocados); también se ayudó en la investigación aportando datos y presunciones, lo que denota la amplitud como se puede considerar la actividad que el amicus curiae puede aportar. El tiempo colaboró en el desarrollo de la figura, pero siempre acotado a un reducto de interesados que sabían del problema y donde querían intervenir. De algún modo, eso fue también un retroceso, porqué limitó la expansión hacia todos aquellos que desde otros lugares o perspectivas, podían llevar al tribunal una visión diferente de la crisis afrontada (traído el ejemplo al presente, una cuestión ambiental puede tener focos de atención repartidos y todos colaborar con el tribunal ofreciendo sus respectivas miradas al conflicto). Sus orígenes se remontan al Siglo XV en el derecho anglosajón que autorizaba la opinión de extraños con el fin de producir peticiones en un juicio como "amigo del tribunal". El derecho norteamericano lo incorpora luego a su bagaje jurídico, encontrándoselo mencionado en los "yearbooks" (1403) con la misma finalidad. Para Pagés Lloveras, el "amicus curiae" era conocido en la ley romana pero se destacó en el sistema legal inglés y norteamericano." En: La Ley Sup. Doctrina Judicial Procesal 2010 (marzo), 7. "Dcho. Procesal: Es la declaración prestada por una persona no identificada con ninguna parte en una controversia, la cual es oída por permiso de la Corte sobre puntos legales y plantea problemas de índole pública que no son presentados por los abogados de las partes" En: Moreno Rodríguez, Rogelio. Diccionario Jurídico