"El protocolo consiste en una universalidad jurídica formada por diversos elementos, cuya finalidad es conservar los documentos notariales portantes de la instrumentación de hechos o actos jurídicos que crean, modifican, transfieren o extinguen derechos (escrituras) o comprueban hechos naturales o voluntarios (actas), brindando la posibilidad de su reproducción. No sólo encontramos escrituras y actas, sino una serie de documentos notariales como las diligencias, notas y constancias. También forman parte del protocolo los documentos que se incorporan o anexan por mandato legal, judicial o voluntariamente, ya fuera a requerimiento de parte o decisión del mismo notario. El protocolo convertirá su naturaleza inicial de folios móviles (agrupados inicialmente en los llamados cuadernos, de diez folios consecutivos) en un libro o libros, encuadernados por año calendario." En: Etchegaray, Natalio Pedro y Capurro, Vanina Leila. Derecho notarial aplicado. Buenos Aires: Astrea, 2011.